Te levantas.
El sol entra por tu ventana.
Respiras.
Un nuevo día ha comenzado.
¿Conoces esos días en los que pensar que quieres hacer es algo que se prolonga hasta la noche?
¿Esos días en los que, dejando caer tu cuerpo en la cama, eliminas el molesto pensamiento de no saber que hacer?
esos días en los que te sientas delante de la pantalla de tu ordenador y el tiempo corre entre el sonido de las teclas, ese sonido monótono y repetitivo.
Bien,
si ese es tu día,
el mío también.
Pero no solo el tuyo y el mío, sino el de otras personas. Muchas personas. Muchísimas personas que se sientan sin saber que hacer, esperando a que mañana sea un día más interesante. Pero mañana vuelve a pasar lo mismo. Sus camas se tragan sus energías, y sus miradas perdidas divagan por los canales de la televisión o viajan sin rumbo a través de Internet.
Sus ideas mueren.
Por eso es tiempo de pensar que hacer. Piensa que puedes hacer hoy, pero primero, apaga la televisión. Piensa cuando fue la última vez que escribiste una carta, o abriste tu diario.
¿Cuando dejaste de plasmar tus sentimientos sobre la tinta y el papel?
¿Cuando fue la última vez que viste una mariposa posarse en tu ropa?
¿Cuando fue la última vez que hiciste una foto que te impidiera olvidar aquél momento?
Son esas cosas, esos pequeños placeres que te estas perdiendo. Esas sensaciones que te otorga la vida, como las gotas de lluvia acariciando tu piel, como las risas incontrolables de tus amigos cuando estáis juntos, como el olor de la primavera. Todas esas cosas están esperando a que des un paso, un simple paso para disfrutar del mundo que te rodea.
Apaga el ordenador.
La vida te llama.
STZ
